A veces, la inspiración para escribir te puede venir en cualquier momento y situación.
Imaginemos algunos sitios o situaciones...
Lo normal es en casa... Con tu ordenador delante, dependiendo la hora, tomándote un café o cualquier refrigerio ya sea solo o acompañado, dependiendo del tipo de abstinencia.
Pero hay infinidad de lugares, por ejemplo:
En un Tanatorio... ¿Qué se puede escribir y donde plasmar el escrito? Pues en la parte trasera del recordatorio del difunto. Si es de un amigo, te saldrá algo sobre lo bueno de la amistad, si es de un familiar allegado depende del rango, disimularas y pondrás alguna parida, si es de la suegra éxito seguro.
De excursión... Con tu vestimenta de aventurero, tu cuaderno de notas y tu bolígrafo a medias tintas, que parece que eres un tartamudo escribiendo, hay te sale a florecer los escritos sobre los colores, los pajarillos, los sonidos del correr del agua del arroyo. Pero.., en cuanto ves las bolsas de plástico, el trozo de papel de aluminio de los bocadillos o las latas de refresco, esparcidas entre matorrales, hay es cuando se te fastidia la inspiración y te dices... Joder con los domingueros, lo acabare cuando llegue a casa.
En la oficina... Casi siempre, son escritos de reproches en plan reivindicativos casi siempre, la mayoría los pierdes, porque no te da tiempo a copiarlos, porque ves venir al jefe.
En un avión... Depende del viaje, si es por trabajo o de placer. Si es de trabajo, no se tiene la imaginación para escrituras imaginativas que digamos. Si es de placer, piensas.., mas en los planes para aprovechar el tiempo en lo que vas a disfrutar y la imaginación la preparas para el placer y no precisamente para escribir, eso lo dejas para cuando se acaben las vacaciones, para escribir sobre ellas.
Un autobús... Algo incomodo, si. Pero vas sentado, con algo de tiempo, tus auriculares en las orejas con buena musiquita, pues a escribir... ¿Inconvenientes? Que el conductor te tenga algo de envidia porque tu vas relajado y te quiera joder con frenazos y acelerones, entonces vas escribiendo como buscando la salida de un laberinto, o que el acompañante de al lado de tu asiento se un cotilla y de vez en cuando te desconcentra con sus miradas disimuladas, que a veces solo falta que te diga... Es con V en vez de con B, o el acento va en la otra silaba. Menos mal que llevas tus cascos puestos y haces como si no te dieras cuenta, que si no...
En un restaurante... Este no es un sitio muy habitual, pero si estas solo y sin prisas. Y es de menú diario, de los de los manteles de papel, tomándote el café y la copa, se te puede venir algún pensamiento y que mejor que el mantel, eso si, te saldrá algo sabroso por alguna mancha de aceite o del café. Si vais algún restaurante y alguna mesa le falta el trozo de mantel antes de que la retire el camarero. Hay a estado sentado quien sabe, si algún premio Nóbel.
En un bar... Otro sitio bueno, para escribir frases cortas, lo malo es como en los servilleteros haya servilletas de esas finillas que se rasgan con los bolígrafos de punta fina y jode que no veas. Luego para pasar a limpio lo escrito, no sabes si es alguna dirección, o como no te acuerdes, te metes la mano al bolsillo y creas que es un Klines entonces, te acuerdas hasta del camarero, porque claro al intentar despegar los pliegues eso parece un mensaje de la KGB.
Otro es el WC... Si, aunque parezca que no, es un sitio en el cual se piensa, y dependiendo como se ande con el instentino de juguetón, y al estar sentado.., el relato puede ser corto o novela con algunos capítulos. Si llevas algo con lo que escribir no hay problema, lo malo es el papel, si queda poco en el rollo y como te salga una novela con buena pinta, no la vas a dejar a medias, entonces es cuando puede venir el problema. Aunque parezca mentira, los rollos de papel higiénico de todos los wc ¡¡SE ACABAN!!
Rafael